Cabo Sardão, un lugar realmente alucinante escondido entre los acantilados de la zona suroeste de Portugal. La Costa Vicentina oculta pueblos con mucho encanto, libres del turismo masivo y los bullicios de zonas más concurridas como el Algarve. Puedes echarle un vistazo a otros post de esa zona como Lagos, Sagres o trekking en los “Sete Vales Suspensos“.
Este lugar es el punto más occidental de la costa situada en la región del Alentejo y por ello, está custodiado por un pequeño faro desde el cual empieza nuestra ruta. En este punto hay parking para poder dejar el coche y tomar a pie dirección norte hacia Almogrove.
El primer acantilado al que puedes asomarte te dejará con la boca abierta. En general, la costa Vicentina se caracteriza por sus formaciones rocosas y zonas acantiladas pero esta parte en particular fue de las mejores.
El sendero completo forma parte de una etapa de la ruta Vicentina, un Camino de Santiago a lo portugués, así que vimos a varios mochileros por el camino. Se suele hacer de Almogrove-Cabo Sardao o viceversa, tiene una longitud de unos 13 km sólo ida, en cualquier caso, tu puedes caminar lo que te apetezca y volverte, nada tendrá desperdicio.
Este trekking litoral es de las rutas más bonitas que he tenido la oportunidad de hacer, eso si, no está remendada para todos los públicos ya que hay tramos del camino estrechos, pedregosos o resbaladizos, así que lo calificaría de dificultad media-alta.
En el siguiente vídeo podrás ver un resumen con imágenes de la zona para que valores por ti mismo.
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Existen pasarelas y señalización del sendero (aunque habrá un punto en el que salgas fuera de esas señalizaciones). Desde el principio comienzas a percibir la flora flora predominante de la zona, sobre todo son setos bajos azotados por el incesante viento que suele soplar. También hay muchas plantas con flor, lo que dará un aroma agradable a todo tu camino.
Un punto que debes marcar en tu mapa es la praia do Cavaleiro, está aproximadamente en el kilómetro 2 del recorrido. Han tallado en la piedra una escalera para acceder a esta cala reservada. Podrás bañarte rodeado de grandes acantilados.
Hay otra zona donde la vegetación se eleva por encima de tu cabeza y tendrás que caminar por un estrecho sendero hasta toparte con un valle por donde discurre un riachuelo, tendrás que cruzarlo para poder proseguir.
A lo largo del sendero también encontrarás cambios en la composición de la roca, tornándose más arcillo y naranja a medida que avanza.
Las olas rompen incesantes en los acantilados y se mezcla el murmullo del mar con el sonido de las aves y el viento en la vegetación. Cada vez que se vislumbra un nuevo acantilado la visión es increíble, algunas zonas son más abiertas, otros acantilados más cerrados dejan ver pequeñas calas la mayoría inaccesibles por la altura del mismo.
El trekking es agradable, precioso para los sentidos la vista por los paisajes, el oido con el sonido de las olas del mar, el olfato con el olor de las plantas y el tacto con las texturas rocosas y arenosas de camino. Una experiencia inolvidable si tu nivel de forma es óptimo, realizas un buen calentamiento previo y llevas suficiente agua para el camino. No es un sendero recomendable para el verano ya que no dispone sombra bajo la que resguardarse.
Un plan alternativo que merece 100% la pena y que no te puedes perder si decides pasar unos días en la costa Vicentina. Yo que quedé maravillada y espero que tú también tengas la oportunidad de hacerlo añadiendo este plan a tus vacaciones por la zona.
Cabo Sardao Portugal Costa Vicentina
Un trekking que homenajea los sentidos
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