La punta más occidental de Portugal y el paraíso de los surferos: Sagres.
Es una tierra ventosa, así como un punto estratégico en el océano atlántico para el paso de los barcos. Tierra de olas y de sabor pesquero. Sagres es un pueblo que aún no ha sido tocado por el turismo agresivo del Algarve portugués.
¿Qué ver en Sagres?
En la zona más sur se encuentra la Fortaleza de Sagres, el precio de la entrada son 3€ para tener acceso a un pequeño recorrido donde descubrirás grandes acantilados en los que se ubican bastiones de vigilancia marítima. La fauna es características de lugares con gran viento para evitar la erosión del entorno.
El recorrido es agradable, también encontrarás algares. Se les llama así a las cuevas verticales generadas por la erosión del agua por encima y del mar por debajo.
Tras finalizar el recorrido es hora de ir a Praia da Mareta, una playa de arena donde los aspirantes a surfistas comienzan sus andanzas de la mano de las diferentes escuelas de sur que hay en la zona.
Al final de la calle Comandante Matoso encontrarás un restaurante típico y tradicional para hacer un alto para comer en Sagres. Restaurante A Grelha, comida casera donde los oriundos del lugar acuden a comer.
Praia do Beliche este es el nombre de la playa que te tiene que sonar cuando visites Sagres. Es una cala doble situada abajo de un altísimo acantilado a la que podrás acceder bajando una larga y empinada escalera, pero os aseguro que merecerá la pena.
Cuando la marea está baja tienes acceso a una segunda cala más apartada y solitaria.
Pasear por la arena mientras esperas el atardecer o practicar yoga son buenas opciones en este alto del viaje.
Cerca a tan solo un par de kilómetros de Praia do Beliche te toparás con la fortaleza de Beliche.
¿Estás preparado para una ruta interesante? Tras pasar la primera puerta de la fortaleza, encontrarás unas agarraderas de hierro que como migas de pan te descubren un camino hasta bajar el acantilado completo casi a nivel del mar. La dificultad es media-alta. Tendrás una visión panorámica de la costa de Sagres y un reto que superar en tu camino hasta el cabo San Vicente.
Última parada del camino, ¡se acerca la hora del atardecer! Mientras esperas puedes tomarte un café en la cafetería del faro.
El sol se pone por detrás del horizonte, en días despejados será una de los atardeceres más bonitos (detrás del de Cádiz).
Una propuesta de viaje con sabor a mar en la que comer, pasear, meditar y ver uno de los mejores atardeceres que puedes encontrar en Portugal. Que… ¿Te apuntas?
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