Hola a todos!! Hoy me siento para escribir sobre la experiencia vivida en una ciudad mágica, diferente y con mucha variedad. Os hablo de Budapest, ese pedacito de Hungría con una larga historia a sus espaldas por las que pasaron numerosas culturas y de cada una de ellas Budapest se quedó con un poquito de sus costumbres, gastronomía, edificios…
Primero la ocuparon los celtas, después los romanos pero no fue hasta la Edad Media cuando las 7 tribus magiares derrotan a los romanos asentados en Obuda, la zona de Pest cayó en manos otomanas dejando una tradición muy arraigada, la de las termas. Cuando los Habsburgo le dieron cierta relevancia a la ciudad de Buda muchas personas influyentes se fueron a vivir allí, ante la necesidad de expansión un pequeño pueblo de pescadores llamado Pest empezó a crecer. Construyeron un puente que uniría Buda y Pest formando de este modo una ciudad en su conjunto, Budapest.
Por tanto en la zona de Buda tendremos los edificios más antiguos como es el Castillo o el Bastión de los Pescadores y en Pest encontraremos los más imperiales como la Ópera, el Parlamento o el Barrio Judio.
En extensión es muy grande, no es una ciudad con un centro histórico localizado con lo cual la idea de ir andando de un lugar a otro es compleja.
De este modo mi propuesta es conocer la ciudad en bicicleta. El ayuntamiento de Budapest dispone de un sistema de alquiler de bicicletas tal como los de París o Lyon, en el que solo con una tarjeta de crédito y tu número de teléfono tienes disponible 24 horas por aproximadamente 1,10€.
Es el medio de transporte más barato, te hace acumular minutos de actividad y por supuesto no te pierdes nada ya que puedes parar allá donde quieras e ir disfrutando del paisaje.
Budapest apuesta por un medio de transporte sostenible como es la bicicleta y por tanto la longitud del carril bici es extensísima. Aproximadamente 300 km de carril bici urbanos y periurbanos. Mol Bubi es el nombre del servicio de bicicletas público y encontrarás estaciones a cada paso.
Especialmente Pest es muy cómoda de recorrer puesto que es plana, el Parlamento (alucinante) y el curioso monumentos a los judíos a la orilla del Danubio, la Basílica de San Esteban, Váci Utca, el mercado, la Sinagoga pero sobre todos tienes que hacer dos altos indispensables. El primero es en la zona de los “Bar Ruins” antiguas casas en ruinas a causa de la II Guerra mundial donde establecieron bares para evitar su demolición. Aún hoy día se conservan y son zonas de encuentro donde charlar, tomarte algo o simplemente bailar. Uno de los más famosos es Szimpla, no te arrepentirás. El segundo lugar donde tienes que hacer un alto con tu bici es en la plaza de los héroes desde la que podrás acceder a los baños de Széchenyi para disfrutar de sus 21 piscinas con aguas a diferentes temperaturas.
En Buda quizás encuentres algún que otro obstáculo al ser una colina. Pero las vistas son fabulosas desde el Castillo de Buda y el Bastión de los pescadores. Por la noche la ciudad se ilumina y el Parlamento queda reflejado en el agua del Danubio.
Para aquellos que queráis subir alguna que otra cuesta, puedes subir a Ciutadella. Es una colina donde se encuentra un antiguo búnker de guerra. El mirador es fantástico.
Budapest es una ciudad que te enamora por su diversidad, su historia pero sobre todo por el encanto de la cantidad de oportunidades de ocio que tiene. No es una ciudad para ver en 2 ni 3 días por lo que tendré que regresar para hacer alguna carrera más por el paseo del Danubio.
Perseguir tus sueños siempre será el viaje de tu vida
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