Namaste a todos!! En el post de hoy me gustaría compartir con vosotros mi experiencia con un retiro de yoga en Estepona. He tenido el placer de realizarlo junto a la familia Turner. Una familia de yoguis adorable y hospitalaria.
Es en su casa entorno a la cual gira el retiro. Grande espaciosa y con varias estancias posibles para desarrollar las diferentes sesiones de yoga.
Hay veces que se nos olvida respirar y es por eso que si te ayudan mucho mejor. El lugar elegido Estepona. Tiene un emplazamiento ideal para hacer todo tipo de cosas. Varios kilómetros de playa arenosa y el parque natural de la Sierra Bermeja a sus espaldas.
Mi retiro de yoga ha constado de dos días y medio. Dando comienzo el viernes con una sesión de yoga ligera al atardecer viendo como el sol se pone. Un yoga relajarte y muy útil para estirar nuestra espalda después del viaje. Las vistas desde la pequeña azotea eran espectaculares aunque el tiempo a su vez acusador traía nubes de lluvia.
La noche fue lluviosa pero la casa Turnilla es muy acogedora así que a las 10 a la cama escuchando el sonido de la lluvia desde mi cama mientras fuera había una tormenta descomunal de rayos. Relajada no tardé en dormir.
Al día siguiente toque de queda a las 7.30, preparada para el pequeño aperitivo de las 8 que da paso a la sesión de Pranayama.
El Pranayama es la parte del yoga que trabaja y educa la respiración. Siento este el cuarto de los 8 puntos fundamentales del yoga. Se realiza inspirando, reteniendo la respiración, espirando y reteniendo de nuevo. Estas técnicas ayudan a mejorar el aporte de oxígeno al cuerpo si necesidad de mover el cuerpo.
Fuera llueve en cantidad la sesión continua dentro. Comenzamos con los saludos al sol y destinamos la sesión a abrir y cerrar la cadera, es decir, asanas orientadas a fortalecer, flexibilizar y estabilizar la cadera. La cadera forma parte del core y es uno de los centros a través del cuál se atajan las lesiones de espalda y rodilla. Trabajando con la asana Pirámide se consiguen grandes resultados.
Y como siempre hay tiempo para todo, vuelta de reconocimiento por Estepona. Es pequeña y adorable. Tiene un paseo marítimo muy agradable para anda o correr. Además un punto muy interesante es que la ciudad está repleta de murales en los edificios. Casi en cada esquina puedes encontrar uno. Abarcan todo el lateral de las construcciones y alegran la vista de la ciudad. De echo Estepona posee el mural callejero más grande de Europa.
La zona del puerto es muy peculiar con un color azul intenso y blanco típico de los pueblos andaluces. Otra parte por donde merece la pena pasear son las callejuelas del centro repletas de comidas flores en sus fachadas.
El día levantó y aunque aún se percibían nubes en el horizonte brillaba un sol espléndido así que llegó el turno de divertirse en la playa con la slick line y esas posiciones de yoga que necesitan un lugar acolchado para ser practicadas.
Parece mentira que estemos en Noviembre pero la temperatura era fabulosa y pudimos disfrutar de numerosas caídas pero también de victorias con asanas que parecían imposibles y el acroyoga.
Es un placer hacer yoga de una manera relajada y en compañía de otras personas que comparten motivaciones similares a las tuyas. Ni que decir tiene que todo en inglés ¡Por supuesto! Ya que la única española era yo así que otro reto más que se une a este viaje.
Para terminar el día la sesión de yoga nocturna, Yin yoga. Relajante a más no poder sintiendo como se estira cada uno de los grandes grupos musculares de nuestro cuerpo. Utiliza la mejor energía posible para realizar las transiciones. Con cada asana notas como tu musculatura tozuda en un principio va cediendo ante la gravedad y el peso relajándose lentamente y sucumbiendo al estiramiento. Yin yoga ha sido un gran descubrimiento y una de mis sesiones favoritas.
El Yin yoga es una variante pasiva del hatha yoga. Se basa en mantener asanas sencillas de yoga de 3 a 5 minutos usando transiciones lentas y que impliquen poco esfuerzo.
A la mañana siguiente vuelta a los ejercicios de Pranayama educando la respiración y sintiendo como el aire fluye dentro. La particularidad es que brillaba un sol espléndido en la playa y teníamos el sonido de las olas de fondo. La técnica de Pranayama usada fue anuloma viloma. Dicha técnica consite en tapar los orificios de la nariz, primero inspiras contando hasta tres, a continuación mantienes el aire otros tres segundos para después expulsar el aire en cinco y aguantar la respiración en ese mismo tiempo. Realizar 10 rondas alternando el orificio nasal. Concéntrate es muy sencillo así que ¡tú también puedes hacerlo!
Tras la respiración continuaba el yoga más físico con los saludos a la luna. Al centrar las sesiones anteriores en espalda y cadera está decidimos entre todos que sería para abrir el pecho. Algo más dura que el día anterior pero con el sol y el mar frente a nosotros fuimos fluyendo de asana en asana hasta finalizar en savasana o posición de cadáver, es decir, boca arriba tumbados. El sonido del agua continuo y repetido, la brisa fresca y el sol consiguieron que la sesión fuera realmente perfecta y placentera.
Una de las enseñanzas de nuestro yogui fue el contacto y arraigo con nuestro mat, o al fin y al cabo la tierra así que zapatillas de trekking y a respirar aire puro. La expedición nos llevó al pico de los Reales de la Sierra Bermeja en el corazón del parque natural que lleva ese mismo nombre. Una zona de pinos con altura de 1452 m donde se respiraba una tranquilidad increíble. Llegamos al mirador desde el cual se podía apreciar toda la costa de Marbella hasta la Línea con el Peñón de Gibraltar y la delgada figura de Marruecos a lo lejos. No conformes con la altura del mirador quisimos llegar hasta el punto más alto del pico así que monte a través seguimos un pequeño y sinuoso camino de rocas y setos hasta alcanzar la cima del pico. La sensación es increíble y te invita a quedarte sentado horas y horas contemplando aquel hermoso paisaje.
A la vuelta almuerzo vegano, la comida era exquisita llena de sabores y olores. Está claro que nuestra gastronomía es fabulosa pero hay muchos terrenos culinarios que explorar y la cocina vegana es uno de ellos.
Dimos paso después a la sesión de Indra Yoga. Este tipo de yoga va de la mano del concepto mindfulness y del pensamiento positivo. Así que una persona va guiando tu pensamiento a través de deseos o recuerdos bonitos y positivos. Son 45 minutos íntegros sin ningún tipo de movimiento corporal solo ejercitando tu mente y el poder de concentración.
Definitivamente un retiro introspectivo para compartir, para aprender pero sobre todo para crecer.
Estamos rodeados de cosas maravillosas y no sabemos que están ahí. En ocasiones deberíamos pararnos a observar, de ese modo descubriremos cosas que jamás habíamos percibido. Solo así nos volveremos agradecidos y podremos apreciar esas pequeñas cosas.
La familia Turner ha sido increíblemente bondadosa, hospitalaria y nos ha hecho pasar unos días increíbles.
Namaste
A través del esfuerzo, la diligencia, la disciplina y el autocontrol, que el hombre sabio haga de sí mismo una isla que ninguna inundación pueda anegar
Fue un placer tenerte con nosotros, me alegro de ver que disfrutaste y no lo podrías transmitirlo mejor. Serás bienvenida en cualquier momento.
Mil gracias por todo y tened por seguro que repetiré esta maravillosa experiencia.